COMUNICANTE: PEDRO PORTILLO - Bs. As. Argentina. 7 de Febrero de 2011.

El espíritu que es la memoria pasa a la materia sus recuerdos, que como prueba de mi presencia dejo, Pedro Portillo.

La memoria que el espíritu deja a la materia que me sirve dejo como constancia de mi presencia que no es la “Constancia” del espiritualismo que conocí en mi época de instrumento, que abandonando con el Maestro y otros hermanos formamos con mucho esfuerzo la cátedra que formaría la Escuela, que en nuestro “Oratorio” en sus comienzos se formó luego la Escuela que vino a poner luz a la semi-luz del espiritualismo reinante en esas épocas.

Cuántas veces desganados por el cansancio viajaba yo en los tranvías para llegar a las sesiones de la que se fue forjando lenta pero seguramente, y me acompañaba en ocasiones el Maestro que me contaba sus impresiones y dudas respecto a la batalla diaria que le tocaba, como el Maestro quitándole horas a su descanso con la humildad que lo caracterizaba aconsejaba a los hermanos y a mí mismo por mis lastres y dudas, como en algunas ocasiones muchos hermanos angustiados por la gran guerra llegaban a las sesiones y se retiraban aliviados de sus dudas y dolores. Pues muchos de ellos tenían allegados en esos campos de muerte. “Se le mostró a este hermano”.

El Espiritismo es virtud y rectitud de conciencia que aleja la soberbia y la duda. El espiritualismo es incertidumbre y desdicha amparado en la egolatría y el desprecio por su propia humildad, tratando de traer de los pelos lo que no existe. Se embrutece el soberbio en su lastre y en la torre de barro en la que cae por su peso al abismo de sus pasiones. Que contribuyó “las pasiones” a crear la torre de cristal.

Es esto lo que llegó a la Escuela que formó los lastres y la soberbia de los que se creen sabios sin serlo para formar cátedras con base de barro que nadie respeta pues en ellas no se ha respetado el conocimiento.

Sin conocimiento, sin luz, sólo sienta plaza la soberbia y la supremacía que es baldón del Espiritismo, que el Maestro con tanto sacrificio formó y consolidó. Por eso el Juicio de los Consejos de Sión. Porque la luz se había retirado y sólo había quedado la lucha de los detractores que sólo pasaban a la materia las fratricidas luchas que ellos habían tenido en el pasado en el Santo Oficio o en distintos cargos en la detracción de pretéritos gobiernos de la Tierra. Ellos optaron por la soberbia, se olvidaron del Espiritismo, sólo pasaron sus bulas papales y sus indulgencias para perdonarse a sí mismos sus errores y horrores tratando muchas veces de tapar con capas de santidad los desatinos y luchas por puestos y cargos como lo habían hecho en otras vidas.

Por eso el Juicio del espacio a los necios e hipócritas que trataron de lavar sus faltas con aguas corrompidas. Por eso el Juicio de la luz del progreso a la semi-luz del engaño espiritualista.

Vosotros que llegáis a las gradas del conocimiento a progresar continuad vuestro derrotero con la luz que os damos desde los mundos que es desde allí de donde llega la Escuela, y no de las sotanas que tratan de taparla para engrandecer sus errores.

Vosotros hermanos que venís de distintos lugares a inspiraros llevad el consejo y el sosiego a vuestras materias para continuar vuestros caminos que el Padre cuida de vosotros.

La alquimia cura y engrandece. El espiritualismo enferma y embrutece.

Me retiro a un mundo de progreso a seguir progresando.

La paz esté en vosotros para continuar vuestro camino.

Seguid adelante, siempre más allá.

PEDRO PORTILLO.