UN DESTINO DE LUZ (Mje publicado por New-Prometheus-007 el 05/02/2008 en MSN Groups)

Hermanos:

Interesante la actitud y postura la del Maestro y Juez. Una actitud, siempre, de búsqueda y una disponibilidad abierta al progreso, un mensaje - el de su vida y obra - que nos invita, con su ejemplo a la conquista positiva y permanente de todas las realidades posibles al hombre, y de ahí, nos lanza hacia adelante, al desarrollo y exploración de los caminos del infinito y la realización de la eternidad: Siempre, en constante evolución, más allá de los límites y fronteras horizontales impuestos por el tiempo, y los paradigmas de una realidad ilusoria, pobre, efecto de esa levedad de una existencia sin ser, oscura y ausente, ajena, extraña y, por demás, carente de sentido, dirección y destino.

Para los que aún no lo hayan notado, el mensaje central de una vida así, va más allá de los convencionalismos, rompiendo con los vicios de la consciencia, siempre impuestos, ahí donde no hay libertad y que - arraigados como están en la costumbre, la inercia y en esa insana propensión del espíritu decadente a caer, una y otra vez, sin poder levantarse y escapar, y ní siquiera intentarlo, en forma definitiva y final, para sobreponerse de las consecuencias y efectos del error - terminan por destruirle, arrancándole del alma el derecho y, de las manos, la voluntad, la decisión y la fortaleza, adueñándose de su triste existencia, le hunden y terminan con él.

Sí, la obra de un hombre así, es grande como sólo ella lo puede ser. Pero no nos engañemos. Ella, no concluye con la última página escrita, mucho menos con las últimas palabras con que finaliza una colección de libros publicados y hoy a disposición del mundo. No, por supuesto que no! La Eternidad que le dió la Luz es ínfinitamente más amplia, extensa, profunda, elevada. Lo que nosotros alcanzamos a ver através de esa ventana abierta, es tan sólo un breve aspecto, un ángulo, alguna que otra dimensión que se nos descubre de lo desconocido, del Universo - como tal - en su inmensidad, grandeza y majestad. La Verdad, en su progresión, evoluciona en nosotros. Conforme al grado de desarrollo y progreso que alcanza nuestra consciencia, la realidad se desenvuelve, develando al hombre sus misterios (misterios que, desde luego, no son más secreto para el espíritu que despierta a la Luz de la Verdad).

El verdadero Espiritismo es, pués, Luz y Verdad. Realidad manifiesta, destino y heredad de los Hijos de La Luz. Para quienes ven y oyen, y su vida se desarrolla en sintonía con la realidad, la Verdad es real, única y universal. De su nobleza, disponibilidad, presteza y solicitud para recibirla, depende el alcance de sus miras y la profundidad de sus convicciones; de su preparación, determinación y esfuerzo, en definitiva, la realización de sus anhelos, así como el alcance y transcendencia de su destino eterno. De la consciencia y comprensión de la importancia de la Magna Obra que está por realizar, surgen - con la vocación - la energía, la luz y los medios necesarios para cumplir y conducir a su cabal realización los más grandes propósitos a que ha sido convocado su espíritu desde la eternidad.

Así, unidad de vida, integridad, virtud, trabajo, fidelidad, estudio, constancia y vocación se conjugan para hacer de él un ser completo: Un Hombre en cuerpo, mente, alma y espíritu. A éste propósito, por si sólo, en nada contribuye el conocimiento de los muchos ó pocos libros leídos durante la vida, los sentimientos e ilusiones que despierten, aquí y allá, las emociones de un anhelo de realización, inconsistente e indefinido, la debilidad de un cuerpo que pide, deseoso, una vida que ní tiene, ní conoce y, mucho menos, le es propia. No basta querer, es preciso definirse, poner los medios, progresar día a día; haciendo a cada instante, el destino propio, una realidad manifiesta, actual, operante, legítima y auténticamente nuestra (cada uno en y através de su propia vida).

El día de hoy, cada uno desde su propias circunstancias y estación en la vida y, todos reunidos, en éste vuestro centro de estudios, convocados éste Amanecer por la Luz eterna del Espíritu Creador, proclamamos a una voz, el siguiente Manifiesto:
Uno es el Espíritu Creador.
Una, eterna y real es la Verdad.
Una son su Justicia y su Ley.
Uno el Amor que reune en su Casa a los Hijos de la Luz.
Universal, único y uno mismo es el Espíritu que alienta la Vida.
Una es nuestra Vocación, uno el Principio y uno el destino eterno del Hombre.
El Todo manifiesta su gloria, grandeza, majestad y esplendor en la diversidad.
Todos formamos parte y un aspecto de la Verdad. La Creación se perfecciona en las obras manifiestas del Espíritu de Luz. Nuestro destino manifiesta la verdad através de la cual la consciencia nos une al Universo y, con él, a todo lo que Es.
Es así que, nuestro espíritu en progreso gradual, se hace responsable y co-partícipe en el orden y armonía universal, del cual depende la Creación misma del Cosmos. Tal es la vocación del Hombre y excelsa la dignidad de la Vida, la cual nosotros - ímplicitamente - hemos de reconocer aquí, hoy y siempre. De ella derivan nuestras posturas, nuestras actitudes y nuestra respuesta, decidida, seria, generosa y eficaz, como ha de ser siempre, el más sublime de los anhelos, entre los Hijos de la Luz, cuando llama la Voz de su Padre Creador. Esta es la Ley y es Amor.

Nosotros y ustedes, también, hemos recorrido, todos, un inmenso Camino. Hoy como Hijos de la Luz, ante nuestro Padre común y de cara al Universo y la Eternidad, reiteramos nuestro deseo y determinación por continuar, simpre fieles a la Ley - según es nuestra vocación, circunstancias, grado de progreso y responsabilidad - abriendo caminos y nuevas avenidas al progreso, edificando los puentes propios y necesarios a las Obras de Luz. Reconocemos únanimemente nuestro compromiso. Unir en, y através de nuestras vidas, las realidades del tiempo y la eternidad, del espíritu y de la consciencia del Hombre con todo lo que Es, ello es nuestro ideal y razón de ser.

Sea, pués, una única e indiscutible nuestra actitud; consecuente nuestra postura, criterio y razón; nuestra vida, luz del mundo; nuestra obras, obras de Justicia, Amor, Progreso y Paz.

Así sea, como ha sido entre los Hijos de la Luz, hoy y siempre, Ad Aeternum!

Estimados Hermanos, éste ha sido, en breve, el contenido de nuestras reflexiones de la semana en curso. Esperamos, agradecidos, sus enriquecedores comentarios.


Suyos,

Sus Hermanos participantes de éste vuestro grupo de estudio, Espiritismo Luz y Verdad a las puertas de la Unión Americana.